Las primarias abiertas son el inicio
Para un progresista pensar en
unas primarias abiertas es poco menos que pensar en el nacimiento de la
democracia. Las primarias abiertas representan en la sociedad actual una vuelta
al inicio de la democracia, la que en la antigua Grecia se ejercía directamente
eligiendo a los dirigentes y desde aquí comenzar un nuevo modelo democrático en
el que los lobbies, las corruptelas y demás impurezas democráticas no tengan
cabida.
La ilusión que genera que cada
progresista pueda elegir de manera directa a las personas que quiere que les
represente es importante, a la par que necesaria. La política y los políticos
han de generar ilusión, credibilidad y optimismo en la sociedad. Para todo
ello, el ciudadano tiene que tener claro a quién eligió, y el elegido ha de
comprometerse a dar cumplida cuenta de sus responsabilidades a aquellos que lo
votaron.
Las primarias abiertas no son más
que el punto de partida de un modelo democrático nuevo, diferente, que elimine
de una vez por todas a la corrupción y en el que cualquier ciudadano con ideas,
interés y ganas de servir a la sociedad pueda elegir y ser elegido como
candidato.
Pues bien, algo tan sencillo y a
la vez tan progresista hay a quién le da miedo. Este miedo es comprensible en
la bancada conservadora, más preocupados en mantener y blindar sus privilegios
que en procurar el desarrollo de todos, pero que al tiempo haya tantas voces
reticentes desde los que se autodenominan socialistas es preocupante.
La Ley de Partidos Políticos debería
obligar a estos a la práctica real de la democracia interna, y al tiempo, los
progresistas deberían abrir estos procesos a sus simpatizantes y votantes para
aglutinar más cada día a la mayoría social.
En resumidas cuentas, las
primarias abiertas son un proceso que no hace más que generar confianza,
ilusión y trasparencia a un partido que es precisamente eso lo que necesita.
Por tanto, cualquier camino que intente el atajo fácil o el bordear una
necesidad de la izquierda sería un gravísimo error. El camino progresista se
inicia desde las primarias abiertas.
Post publicado en: http://www.primariasabiertas.com/
A la democracia no hay que tenerle miedo, y hay tanta democracia en las primarias que reclaman algunos, como en el derecho a decidir su futuro que reclaman otros. Negarlo es una contradicción en esencia. La misma que ha habido hoy en el parlamento cuando diputados que se auto denominan republicanos han votado a favor de la Ley de abdicación.
ResponderEliminarSi un candidato o candidata no es claramente capaz de resolver esas contradicciones, da igual que se presente en un congreso, en unas primarias cerradas o en unas abiertas. No será nunca digno/a de mi voto.
Estoy de acuerdo contigo. La abdicación y la monarquía vs. República no es el mismo asunto. El problema le genera quien dice lo contrario de lo que hace o piensa... Esto hay que discriminarlo bien, y tenerlo en cuenta en nuestro panorama político. Con respecto al derecho a decidir sobre el modelo de Estado - Autonómico, Federal, desmembrado...- nos pertenece a todos y siempre desde el marco de la Constitución, y su reforma...
ResponderEliminarLa Constitución es una casa vieja y mal andamiada que ya no lo aguanta todo. A ver qué llevan en sus programas sobre el tema esos candidatos/as que quieren participar en las primarias abiertas. Y sobre el modelo de Estado, que atinen, que atinen muy bien, porque detrás de todo lo que está sucediendo en España tras las elecciones europeas tiene más culpa el "derecho a decidir" que cualquier otra cosa (incluidas todas las vergüenzas nacionales...hasta la más injusta y cruel, que es la pobreza infantil) . Poca broma.
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